El viaje era largo (dos horas y media), los protas estaban muy animados y, claro, el resto nos sumamos a la alegría. La gente que asistió al pase fue encantadora, se rieron durante toda la proyección y, una vez terminada, los cinco de Calcetin(e)s dieron rienda suelta a su verborrea.
Les preguntaron sobre el trabajo realizado, lo que aprendieron, que fue lo más difícil…, y ellos, entre respuestas, también iban contando más cosas y llegaron a Máscaras. Quieren hacer más películas.
¡Así es que llegamos de madrugada! ¡Vaya panda!
Muchísimas gracias a Mighello Blanco y a su Manancial, así como a toda la gente que nos acompañó.
Os dejamos con unas imágenes de como fue el día.