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"El que algo quiere, algo le cuesta"

8444732116_16108a8457Llevamos unos días de “silencio” en el blog, parece que las ideas vienen y van pero no se asientan y, que las palabras parecen no querer juntarse.

¿Y a que se debe? A un período de reflexión y de necesidad de espacio porque se aproxima una nueva etapa en el equipo. Ya hemos pasado por esto otras veces pero, en esta ocasión, parece venir con toda la fuerza de estos meses de trabajo.

Por mucho que se intente planificar siempre hay alguna interferencia en el camino que nos reconduce o que nos dice «por aquí no». Asimilar cambios, tomar decisiones, aprender en nuevos campos de actuación, etc. necesita de tiempo para entender y saber que hacer.

A veces, por querer comprender rápido se cae en la trampa de teorizar para explicar. Y no. Los atajos son malos compañeros en estos casos, desdibujan a las personas y a la realidad.

Así que, por ahora, vamos a pararnos a pensar y a actuar con calma para que vayan saliendo las cosas de forma clara  y natural.Y, mientras, vamos coordinando agendas y pasos a dar en un mes un poco movido entre períodos de vacaciones y trabajo. ¡Vamos allá!

Historias que cambian la vida

El primer teaser de Máscaras, el comienzo de nuestra historia. Estábamos viendo y viviendo al mismo tiempo, sin darnos cuenta. Confiábamos en el dire y nos dejamos llevar por una historia que ha cambiado nuestras vidas.Esto fue a finales de 2010, cuando estábamos terminando el guión de Calcetin(e)s y había que prepararse para los ensayos y el rodaje. Llevábamos dos meses trabajando juntos y los vínculos se iban arraigando de una forma rápida y natural, como la vida misma.

Espectadores de nosotros mismos y empezando a ser actores en la vida pública.

Una complicidad basada en la convivencia

No sé si me sorprende más lo que está ocurriendo ahora o empezar a ser consciente de lo que ocurrió entonces. Han pasado más de dos años y la vivencia ha dado paso a la perspectiva y a la reflexión.Ahora, desde el entendimiento, veo que alcanzamos lo inimaginable y… más. Las ganas de comenzar el rodaje nos llenaban de impaciencia pero, los ensayos eran imprescindibles: había que trabajar y meterse en los personajes para sentirlos y enamorar a la cámara.

Poco a poco nos fuimos comprometiendo y al asumir nuestro Reto se fue generando equipo. Aprendimos a disfrutar del aprendizaje conjunto, que al principio nos desesperaba, desde la complicidad que genera la convivencia. Detalles y guiños a los que fuimos llegando cuando nos paramos a escuchar, hablar y compartir.

A medida que aprendíamos nos fuimos haciendo más capaces para hacer y para generar expectativas. Soñábamos con la recompensa, con rodar Calcetin(e)s. De Máscaras, por aquel entonces, nada sabíamos, eso era cosa del dire que sabía que la magia del cine le permitiría contar cómo se trazan las rutas de lo posible.

Más verdad y sencillez

caneriasEn cualquier momento surgen ideas, enlaces a pensamientos o actuaciones viendo una película, leyendo un libro, contemplando un lugar… son las conexiones que surgen aparentemente de la nada pero que tienen mucho que ver.
El proceso de documentación del Proyecto Máscaras es un análisis y evaluación continua de información desde múltiples formatos: Conocer, organizar, contrastar, comparar para poder contextualizar y entender lo que estábamos haciendo.
La fuerza del audiovisual es un canal recurrente para hacer llegar a la sociedad, de una forma más rápida y entretenida, esos mundos paralelos que hemos ido generando entre todos. Pero esto no quiere decir que por tener una buena historia, saber manejar un cámara, o tener conocimientos técnicos se consiga conectar con el público.
Para poder contar algo hay que tener un sustento, una base que permita enfocar algo sin una intervención que lo desvirtúe y sobre todo una calidad humana que en muy pocos casos está al alcance de quienes tienen la responsabilidad de transmitir. Se realizan muchos esfuerzos y se consumen grandes recursos que se suelen quedar en buenas palabras y aportaciones residuales.
En algún momento de nuestras vidas, hemos interpretado papeles, bien porque eran una forma fácil de llegar a donde queríamos o porque las circunstancias nos lo exigían pero su consistencia y permanencia en el tiempo es puntual. No es real y… cansa. Hacen falta historias tratadas con mucha verdad y sencillez. Es una pena que contenidos con tanta potencia se pierdan en demasiadas intervenciones que distraen e incomodan al espectador.
 Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta”. Orson Wales.